- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2015.

Hace más de 60 años, Jaime Roncagliolo Taj Taj comenzó a crear un sueño que se ha mantenido a lo largo del tiempo y ahora su hijo, Jaime Roncagliolo Kaid, sigue con esa ilusión y lo hace orgulloso de lo que como familia han logrado.

"Dentro de los caballos que tuvo mi papá estuvo el Luchín, nieto del Colibrí e hijo del Jalea Real en la yegua Jacarandosa. Ese potro se transformó en la base del Criadero", cuenta Roncagliolo Kaid respecto a un potro que dejó -según los registros genealógicos- 175 hijos.

"La gracia del Luchín es que en una campaña se quebró una pata, se recuperó y siguió igual de bueno. No pasa a menudo, porque hoy en día quedaría al tiro para las crías, pero este era un caballo especial, de mucho carácter, que tenía muchas capacidades, muy rápido y con poco trabajo, andaba bien", añade Roncagliolo, quien recuerda un reportaje hecho hace años, y donde su padre es quien rememora lo que hacía este potro: "Era un caballo alazán, cariblanco de patas blancas, de muy buen tipo corralero, de mediana estatura, corpulento, buenos huesos y muy buenos pechos pero tenía un defecto en el anca", dijo en 2004.

"Siendo potrillo se tiró fuera de la medialuna y cayó de espaldas sobre un choco de roble que estaba enterrado a 50 centímetros en el suelo. Se hizo una tremenda herida en el anca y estuvo bastante tiempo con veterinario pero no sanaba nunca hasta que un viejito que trabajaba en el campo le hizo un remedio que, la verdad, pudo haberlo sanado", añadió por esos años.

Roncagliolo Kaid sigue con la historia, ya con él como protagonista: "Así se fue armando todo el cuento del criadero. Nunca hemos dejado de poner yeguas, siempre buscando mejorar el sello racial, y corriendo yo con mi papá, completando un par de veces, y aunque hubo un tiempo en que yo no corrí los caballos del criadero por motivos de trabajo, me mantuve en la crianza. Hace un par de años volví a correr, pero siempre de bajo perfil, porque el gasto que implica es alto, y ahora estamos más metidos nuevamente en el criadero, y trabajando únicamente en el campo, así es que con hartas ganas de sacar adelante los caballos",  cuenta Roncagliolo.

Y los objetivos son claros, esto porque si bien se ha priorizado el correr en vaca, los Roncagliolo ya le dan importancia a ambas cosas.

"Es tremendamente bonito ganarse un rodeo en caballos criados, y es sólo comparable a ver que tus hijos están saliendo adelante. Es algo parecido, porque uno le pone potros a las yeguas, después se amansan, siempre con mucho esfuerzo, porque no es llegar y pagarle a un arreglador, y decirle que haga el caballo. Nosotros los vamos madurando de a poco, y hoy tenemos resultados positivos, y de cara al futuro, vemos hartos caballos buenos y bonitos, porque estamos tratando de que el criadero sean de buena morfología, que tengan buen sello racial, y que sirvan para la vaca", añade.

"Hace unos años atrás sacamos unas yeguas a la Fital en Talca y nos fue muy bien con la Bombacha (hija del Maquena Sablazo en la Pelarco Viejo Coqueta), y ahora esas yeguas las tenemos para la reproducción, y la idea es sacar nuevamente unas potrancas a exposiciones, aunque todo con calma... hay que tener bien puestos en la tierra", complementa.

"Tengo hartas expectativas, porque tengo hartos caballos de muy buena sangre, y estamos trabajando de a poco. Hay hartos caballos nuevos que vienen en camino. También la idea es ir saliendo a exposiciones en Talca y Linares, mezclando ambas cosas, la funcionalidad y la morfología", finalizó.